Mi Viaje a Euskalleria por José González

Verano del año 2011. Decidí escoger como destino vacacional el País Vasco. Y se me viene a la mente una expresión que describe a esta parte norte peninsular, que es la siguiente: ¡qué preciosidad!, ¡qué verdor! Me quedé durante una semana en la atractiva urbe de Bilbao. Me quedé absolutamente maravillado con todos los monumentos que visité. Fui en familia a tierras vascas por medio de un viaje programado. Por cierto, ya les adelanto que la gastronomía, empezando con sus pinchos, es exquisita.

De todos es sabido que el museo Guggenheim se encuentra en pleno centro de la ciudad vizcaína. Tiene una estructura muy a la última, y está llena de modernidad. Por Bilbao, como popularmente se la conoce, discurre la ría del Nervión. Y encima, un puente tan especial como atrayente. Bilbao es sinónimo de simpatía, de mentalidad abierta, de cuestas, de calles estrellas, de mucha luz, de ambiente. En la parte alta, se pueden vislumbrar su verdor, sus montañas, el gran puente de Miraflores. El País Vasco es una comunidad que vale muchísimo la pena.

Euskadi se compone de 3 provincias, como son las mencionadas a continuación: Vizcaya, Guipúzcoa y Álava. La capital de la segunda es San Sebastián: una ciudad llena de encanto. Es preciosa y encantadora. Al contrario que Bilbao, es completamente llana. Y en ella, podemos disfrutar de un buen baño en la archiconocida playa de La Concha. San Sebastián está más que preparada para dar un paseo en bicicleta y dar largos paseos por la avenida que atraviesa toda la zona costera. Por dicha capital, discurre el río Urumea. Es espectacular. Además, tiene una ventaja importante: la distancia entre Bilbao y la ciudad afrancesada es de, aproximadamente, una hora. Con lo cual, la duración del trayecto por carretera es corta. Asimismo, limita con el país vecino de Francia. La frontera desde Bilbao está a hora y media. Un apunte: en San Sebastián hay unos pinchos de ensaladilla, tortilla española y de tortilla francesa, entre otros, impresionantes. Son bocaditos pequeños con los que podemos comer después de dar una vuelta por el centro de la capital guipuzcoana. La catedral es muy bonita, y es de obligada visita. Es un lugar de mucho interés turístico. Un sitio al que me gustaría retornar más adelante. Tiempo tengo de sobra para recorrerme de nuevo sus calles. Fuera de España, tuve el placer de estar en Biarritz y San Juan de Luz. Son dos poblaciones situadas en plena costa vasco-francesa. ¿Les digo una cosa? ¡Qué pasada! ¡Qué paisajes tan espectaculares! Eso sí, les anuncio un aspecto importante, y más en tos tiempos de crisis financiera. Una cerveza en Biarritz cuesta alrededor de 6€. Y una coca-cola, 3€. Por lo tanto, es un destino caro. Pero por supuesto que hay que visitarlo. Para las personas a las que les encanta y fascina viajar, son 2 zonas turísticas impresionantes y bellísimas. En Biarritz, hay un mirador desde el que se vislumbran las playas. Yo me enamoré de ese mirador y aproveché esa mañana para grabar vídeos. Son recuerdos que tendré presente toda mi vida. Lo pasé genial y recordaré este viaje porque es un orgullo poder hablar de que yo tuve la oportunidad de visitar estos placeres. Y viajar lo es. Además, soy un gran enamorado del francés y de los países francófonos, como Suiza y Bélgica. Terminé el día en Saint Jean de Luz y probé el mejor chocolate en forma de helado. Estuvo riquísimo. ¡Quién pudiera ir a Francia! Cuando comience a trabajar, me encantaría visitarla. Viajar abre la mente, te hace desconectar, te hace conocer gente interesante. Y acabé hablando en francés en la heladería gracias a la que probé el mejor chocolate que he comido hasta ahora. Un sabor inconfundible, único y singular. Como pueden apreciar, viajar para mí es sinónimo de placer: el mejor que existe en el mundo.