Galicia: Un enclave muy encantador
Hablar de esta única y preciosa comunidad es sinónimo de naturaleza, de paisajes de ensueño, de una riquísima y gustosa gastronomía, de gente amabilísima y noble.
Hola, soy José. Visité Galicia siendo estudiante de 2º del apasionante ciclo de grado superior de Guía, Información y Asistencia Turísticas. Hice una parte de mis prácticas en una oficina de turismo de la bella Pontevedra: La Casa Da Luz, situada en la plaza de La Verdura de la citada capital gallega.ensueño, de una riquísima y gustosa gastronomía, de gente amabilísima y noble.
Siempre estaré agradecidísimo por haber vivido esta gran experiencia. Viajar es un placer. Yo nunca había viajado solo, y esta fue la primera ocasión. Y disfruté como nadie. Me gusta tanto Galicia que me enamoré de ella. De hecho, voy a repetir visita este verano. En unos días, volveré a Pontevedra. En la ciudad del río Lérez conocí de primera mano una hermosa profesión, como es la de informador turístico. Atendí a los turistas nacionales, a los foráneos en inglés, transcribí las estadísticas de los visitantes en Excel, preparé pedidos de materiales como mapas y guías para los clientes, contesté correos (uno de ellos en inglés), me enseñaron a utilizar una aplicación informática de ventas. Fue un conjunto de vivencias inolvidables.
Al disponer de una tarde libre entre semana, aprovechaba los momentos de ocio para coger el tren y hacer una escapada a ciudades tan culturales como las de Compostela y A Coruña. En la primera urbe, nada más llegar visité su casco histórico y, cómo no, la catedral de Santiago. Situada en la plaza del Obradoiro, es un enclave que
forma parte del rico patrimonio que posee la capital de Galicia. Solicité una visita guiada en los techos de la Catedral, que tiene unas vistas fantásticas hacia la zona de La Alameda. Asimismo, aproveché la ocasión para dar una vuelta por este parque. Desde un banco, sentado, se puede apreciar la panorámica desde la que se vislumbra la catedral. La arboleda es extraordinaria.
Los fines de semana eran libres. Así que cogía mi tren para ir a las principales ciudades. Gocé como el que más. Yo llegué a Santiago un sábado sobre las 15 horas. Rápidamente, pregunté dónde estaba el casco antiguo. Enseguida vi el centro y lo primero que hice fue entrar a la catedral y reservar plaza para hacer dicha visita a la parte techada de la misma al día siguiente domingo. Y es que pernocté en Compostela. Pasé la noche en una pensión y la jornada dominical fue muy intensa. Por la mañana estuve en el parque de La Alameda, y por la tarde me dediqué a aprender de la historia compostelana acudiendo a la mencionada cita turística sobre la parte alta del edificio catedralicio.
Otra de las múltiples opciones que ofrece Galicia es su completísima gastronomía. Como decimos en Canarias, me “hinché” de platos como el sabroso caldo gallego, con sus papas y sus grelos; la carne de ternera es la mejor de España. Si vamos a Galicia y leemos en la pizarra carne de ternera, en nuestra tierra el plato es traducido a la carne con papas. Es una carne muy gustosa, acompañada de unas papas fritas muy caseras. Vale muchísimo la pena los excelentes menús que se proponen en las distintas ciudades que componen esta comunidad del norte peninsular. En A Coruña, yo pedí un menú y comí por tan sólo 7€. Dejé la sopera vacía de lo buenísimo que estuvo el caldo de fideos. En Pontevedra, donde me alojé, hay menús por 8,50, como el que ofrece Casa Elvira. Un restaurante sobresaliente ubicado en pleno centro. Si van a Galicia, se los recomiendo. Siempre tienen el exquisito plato de carne de ternera en salsa. Como a mí me gusta. Con su zanahoria, guisantes y papas. Se trata de un menú con todo incluido: primer, segundo plato, refresco y postre. La atención es, al igual que el establecimiento gastronómico, de sobresaliente. Nada más llegar al mismo, atienden rapidísimamente. Cuando me terminaba mi segundo plato, el dueño siempre me preguntaba con su simpatía y la dulzura que tanto caracteriza a los gallegos: “¿Quieres un poco más?”. Y yo siempre repetía. Se come de maravilla y a un precio muy económico, como el nombrado anteriormente. Además, hacen unos postres caseros espectaculares. Uno de ellos es el flan. Es mi favorito. Acompañado de nata sabe mejor todavía. Asimismo, hacen unos bocadillos de tortilla sensacionales. Vayan a Casa Elvira. Repetirán. El menú es variado y barato.
También hay churrerías donde hacen unos desayunos completísimos. Los churros y el chocolate fueron mis desayunos habituales en mi estancia formativa en Pontevedra. Visiten El Escritor. En el exterior del local, justo en el medio, se encuentra la representación de una histórica figura literaria: la de Valle-Inclán. Pontevedra tiene unos monumentos con una arquitectura formidable, como es la que posee La Peregrina, así como unas terrazas que invitan a sentarse y disfrutar en buena compañía del ambiente. Visité el museo de Santo Domingo, la plaza de España, La Alameda, etc. Lugares encantadores donde, después de comer, me sentaba para relajarme.
Un viernes, dentro de mi último fin de semana dentro de esta etapa educativa, fui invitado a conocer el Monasterio de Armenteira. El día fue el ideal. Estuve con estudiantes del mismo ciclo que cursé. Son alumnos que estudiaron el módulo de Guía Turístico en el instituto Carlos Oroza. Lo pasé en grande. Me invitaron a una comida que se celebró en este centro académico. Degusté un exquisito caldo gallego y pasta. Fue un detallazo de la dirección y el profesorado del instituto al que he hecho referencia. Fue el colofón a una magnífica experiencia y estancia de las que estoy agradecidísimo porque gracias a ello, he crecido como estudiante y como persona. Sin duda, estoy orgullosísimo de todo lo que aprendí y de lo que fui partícipe durante mi periodo de prácticas de un mes de duración. Y, por supuesto, repetiría encantado.
Galicia siempre invita a volver por lo señorial y acogedora que es. Por ello, este verano regresaré a la que considero mi segunda casa.
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